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Mostrando entradas de enero, 2009

Carta desde la niebla

. En Coslada, Madrid, treinta de enero. Viernes de poca luz. Tras la ventana el pálido telón de la mañana; la niebla y la humedad... El día entero robándome los ojos, prisionero de su oscuro antifaz, de su desgana, de esa pereza de mirar mundana que no encuentra en el sol su mensajero. Nada puedo contar sino que duele la oscuridad, el frío, la agonía de una luz que no está por donde suele, de una luz indecisa de ser día… Sólo la niebla hoy; aquí, en Coslada, entre mi voz y el eco de la nada. (30 enero 2009) .

E lucevan le stelle…

. . A mi padre, a sus 94 años de pasión por la música, más debilitados cada día, con el dolor de saber que él nunca llegará a leer este sincero homenaje. Me has hablado otra vez de días antiguos cubiertos de una niebla color sepia. Otra vez, de caballos y simones, de calles troceadas y adoquines; de otros inviernos, de otras primaveras. Me has hablado del Parque del Retiro, y del Apolo y del Maestro Villa –que era pequeño, muy pequeño, dices; y era grande, muy grande, luego exclamas–, y después de Miguel, de Miguelón, de Fleta; como siempre de Fleta. Y de Puccini y La Tosca … –“E lucevan le stelle…”, entonas con dolor y voz quebrada. Otra vez. Cada vez con menos tildes, con menos decisión, con más tristeza, como si tanta niebla ya fuese insoportable; y tanta luz, un resplandor de fondo que no quiere dejar de ser memoria. Me has hablado otra vez –siempre lo haces– de esos días que son los otros días que el tiempo ha extraviado, que el tiempo ya no encuentra; que ni él mismo se explica

El vino de la nada

. Cierro el día. Portazo en la mirada y la noche de pronto; de repente, la oscuridad: estamos, frente a frente, bebiéndonos el vino de la nada. Robo al silencio –voz fantaseada– un beso de palabras impaciente… ¡Y no me dices más!… Creo que hay gente del otro lado de tu voz robada. Las sombras de la noche son de acero templado en mi rabiosa vigilancia; tu sombra, su ternura sin embargo. Otra vez cierro el día y aún espero. Regálame un renglón de tu distancia: no bebamos de un vino tan amargo. Prueba de sonido ( 23 enero 2009) .

De la esperanza y los sueños

. No es igual: los sueños se hacen a traición de la voluntad y poniéndole zancadillas a la conciencia. Son bufones engañosos y seductores que se disfrazan en los camerinos del alma. Los sueños se ven, se tocan, se sienten; son sensuales hasta el desmoronamiento de la razón. Se construyen como la vida, pero aligerándola del peso de las vidas de los otros. Son el anárquico espectáculo que estrena el yo ante sí mismo cada noche para aliviar las magulladuras del combate cotidiano. Aunque a veces no tienen ninguna gracia. Y entonces deseamos que nos salve una vigilia inesperada. Son sueños mal encarados que quieren vengarse de uno; negra pasión de fondo, tanática y rencorosa. No es igual, aunque la gente los confunda. La esperanza no es un sueño convertido en expectativa, sino una voluntad que cree poder educar a un sueño. La esperanza no hace tropezar a la conciencia; al contrario, la quiere levantada y vigilante, atenta a lo que ocurre, siempre dispuesta a cauterizar la derrota con su le

Tonteando con los prodigios de hogaño

. La entrada de hoy es una tontuna experimental: me daban cierta envidia (sana desde luego) esos lujos multimedia con que a veces se adornan los blogs de casi todo el mundo. Así que me he puesto manos a la obra. Un par de fotos de mi almena cotidiana, dos grabados de Doré que venían al caso, un soneto de archivo (26 de febrero de 2008, tal vez alguno lo leyó entonces) de, cómo no, el “anacrónico caballero” y, en la memoria, una cita de mi buen amigo Juan Antonio que, en su entrada del reciente día 10, afirmaba: “En el caso de la lírica, su medio natural es el oral. Donde adquiere todo su sentido la palabra lírica es en la recitación”. Tales fueron los ingredientes del experimento; el resultado, esa pequeña chapuza que aparece más abajo. La grabación de voz recoge sonidos de fondo (no tengo ahora mismo ningún editor que me permita corregirlos) y no es de muy buena calidad porque está hecha con una PDA; en cuanto a las imágenes, dejan bastante que desear por haberse convertido desde Powe

Carta por soleares del "Caballero inactual"

. Es noticia breve la que de él hoy me llega. Sigo sin saber de dónde; “tierra de nadie” me dice, y además en verso. Pero… ¡ya le conocéis! Recojo aquí su irreal noticia para desengrasar las tenebrosidades matemáticas de mis últimas tontunas (o torturas) : Estoy en tierra de nadie: ya sabes lo que me gusta besar el aire del aire. Cascarrabias, taciturno, poeta de medio pelo inventor de plenilunios, que se cree que por arar la oscuridad se ilumina y ya no es oscuridad… Así se me van las horas, soñándome claridades entre unas cosas y otras. “Después de todo –me digo– ser cada cual cada cual es lo que debe haber sido desde siempre… ¡y que después no vengan con que morirse es lo que no puede ser!” Por lo demás, poca cosa: días que van y que vienen perseguidos por su sombra. 14 enero 2008 .

Divisibilidad por nada

. No tiene resultado innumerable por mucho que se empeñen los teóricos que han roto la aritmética del hombre. No es derrota ni hazaña no posible ni naufragio infinito. No es un dígito absurdo que agoniza en los axiomas… La verdad es el resto, lo que habría que sumar al producto del cociente de un sueño dividido por la nada. 13 enero 2009 .

La nevada

. . Parece (remotamente) un poema y, en realidad, es la crónica de un día que ha puesto Madrid patas arriba por una contrariedad meteórica. Es como el envés de un alma platónicamente estúpida. Camino de la 'Estación de Cercanías' tras renunciar, definitivamente y por circunstancial imperativo, a esa otra lata de la vida que es el coche. Todo el día pensando en otras cosas, ajeno a lo importante, preocupado por el largo camino del regreso; con el alma en conserva, en esa lata del cuerpo –que además es una lata , un molesto envoltorio que se queja del frío y la fatiga, del cansancio, del dolor en los pies, de los atascos, de la falta de sal en las aceras, de la impune elegancia del político que escurre, como el hielo, su indolencia–. Todo el día en el cuerpo, secuestrado por estos cuatro enlaces de carbono que adornan la ortodoxia de estar vivo. Y todo los demás, lo que importaba, trastornando los campos en blancura con promesa de bienes florecidos tras otro alborear la primavera

Una vulgaridad peligrosa

. Telón: la commedia è finita . Una bandeja con trozos de turrón de Jijona en exceso aceitosos, algunos polvorones desolados ante la indiferencia golosa de las últimas visitas, medio roscón con dos caras de miga seca, como un Jano aburrido, sombrío y taciturno... ¡Telón! ¡Telón!... No hay aplausos, aunque el último acto los merezca. La noche queda al otro lado de todas las ventanas embozada en sus oscuros silencios. Tres o cuatro balcones sostienen por inercia algunas lucecitas azules, encarnadas, naranjas… palpitantes. Todo, una vez más, demasiado deprisa. Una vulgaridad, lo sé, hablar de ello. Antoine de Saint-Flour, ese personaje de Anouilh tan humano , tan demasiado humano, que nos hace vivir el desconcierto de que todo suceda al mismo tiempo, se pregunta en el segundo acto de Los peces rojos : “¿Qué es lo que ha pasado?”. Antoine se mira al espejo probándose un sombrero de copa mientras se viste para la boda de su quinceañera hija. Antoine se pregunta por una vulgaridad vertigino

Una carta para esta noche

. Queridos Reyes Magos: El 14 de enero del año pasado os escribí una carta a la que no hicisteis ni caso. No sé si porque le di cuerpo de poema y pretencioso título o porque ya era un poco tarde. Tal vez os pareció demasiado personal. Pero no era eso, o no solamente eso. Lo que en realidad os pedía, lo que vuelvo otra vez a pediros, es que a los niños se les deje serlo, que no se robe la infancia de la infancia ni se emborrone el párrafo de su irrepetible maravilla. Porque después, cuando a la vida sólo le quedan los arrestos de la memoria, el hombre necesita su reencuentro. Y estos hombres de hoy andan tan tontos que no se dan cuenta de que se están sembrando de vacío, de que un día se llega a sombrías latitudes y no se lleva encima la brújula de ningún sueño. Así que lo único que os pido es que nos obliguéis a cultivar la infancia y no segarla antes de tiempo, a no romperla o llenarla de anticipos indebidos a sus años, a permitirle residir en el prodigio sin ensuciar su casa con nue

Probablemente...

. Quería escribir algo sonriente y relajado, purgar mi antipática despedida del 2008. Pero he leído el periódico. Una torpeza, lo sé, porque en los periódicos sólo se suelen hallar dolores o tonterías. De las segundas va la entrada de hoy. Dos autobuses van a pasear por las calles de Barcelona el siguiente anuncio: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida”. Se trata de la clonación de una campaña londinense que, al amparo de un grupo de librepensadores (?), quiere abrir un debate social (?) sobre este particular. Yo no sé si se puede polemizar sobre algo que tan mal se enuncia; primero, porque llega a quienes no querría llegar; segundo, porque desvela lo que no les hará ninguna gracia que se desvele; y tercero, porque el eslogan patina en su pretensión de defender lo que defender desearía. Más explícitamente: 1. La campaña está dirigida indudablemente a los no creyentes porque, para el creyente, Dios no es la conclusión probable de ningún grupúsculo de sup