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Mostrando entradas de mayo, 2014

El alquiler

Recuérdame que abra las ventanas y no cierre la puerta, y deje en mi escritorio algún soneto viejo, cualquiera que haya escrito con extrañas palabras, con ésas que no hubieron lugar en estos días ni calle en otros labios, ni distrito postal en otras almas. Recuérdame que deje abierto todo para que el aire reine –anónimo y sin mí– sobre mi ausencia, y el sol entre y se cobre lo que debo por su luz alquilada y los dulces paisajes… Recuérdame que no proteste; o me empeñe en decir que no hay derecho, que el contrato decía que era prorrogable un año cada año… Recuérdame que abra las ventanas y no cierre la puerta… Y deje al viento el verso que debo por la luz de haber vivido. 16 mayo 2014

Los otros días

Todo el dolor, toda la consternación, todo el desaliento, toda la injusticia, todo el horror, todas las llagas, toda la tristeza, todo el fracaso, toda la sinrazón, toda la podredumbre, todo el espanto, toda la iniquidad, todo el silencio, toda la infamia, toda la desolación, toda la angustia, todas las úlceras, toda la traición, todo el vacío, toda la vergüenza, todo el desconsuelo, toda la tragedia, toda la destrucción, toda la desesperanza, todo el pánico, toda la amargura, toda la desazón, todo el abandono, todas las calamidades, toda la necesidad, todo el desastre, todas las heridas, todas las amputaciones, toda la desesperación, toda la enfermedad, toda la muerte, todas las lágrimas… En portada, todos los otros días de la indiferencia  nuestra…. Todos los días de cada día, sin noticia de nuestra voluntad.